Algo ocurrió, no se cómo, ni por qué. Como un día normal llegó mi hora de ir a dormir, lo último que recuerdo es que estaba en mi cama. Sin embargo, a la mañana siguiente me desperté en una cárcel de paredes blancas y con muchos barrotes. No sabía que hacía allí.
Neus me dio el chivatazo, a las diez y con mucho sigilo podría escapar. Pero tenía que andar con cuidado porque irían a buscarme. Todo salió como lo planeado. Una vez fuera, Poke me dió la pista más importante. Tenía que conseguir el botín, ¡un colajet de limón!¡era la única forma de vencer a los enemigos! no servía una gelatina roja, únicamente nos salvaría un colajet de limón.
Tras escapar de la cárcel no sabía donde dirigirme, así que subí a uno de los edificios más altos de la ciudad para poder divisarlo todo desde allí. Las vistas eran impresionantes. Me sentí libre otra vez. Allí y sin saber porque apareció un nuevo contacto, Laura. Me comentó que estaba en otra misión especial. Se había enterado de lo ocurrido y venía a entregarme un plano de la ciudad. Ahora mi deber era adentrarme en ella.
Me deslizé por una tirolina larguísima que había desde lo alto del edificio. Ya sabía cual era mi siguiente objetivo. Tras deslizarme fui a parar a los pies de un coche de autoescuela, allí dentro estaba Alicia. Con un puñetazo nos desicimos del profesor. Estuvimos dando vueltas con el coche, pero es peligroso estar en la ciudad y enseguida nos descubrieron. Tuvimos que pisar el accelerador a fondo y meternos en contra dirección para al final poder darles esquinazo. Acabamos en el barrio chino, donde entramos a comer. Allí Alicia me facilitó algo de dinero para poder comprar los colajets. No podía robarlos, si los robaba todo se iría al traste.
Con el mapa en mano me puse a recorrer la ciudad en busca de los sitios estratégicos. Al principio corría, luego caminaba. Estuve andando horas, días, semanas... no los encontraba por ninguna parte. Ni tenía nuevas noticias.
Un día, mientras pisaba las hojas secas de un parque y comía galletas, vi unos niños correr. Venían de parte de Noe, me dijeron que tenía que dirigirme al final del parque detrás de una montaña. Y allí los encontré!
Neus me dio el chivatazo, a las diez y con mucho sigilo podría escapar. Pero tenía que andar con cuidado porque irían a buscarme. Todo salió como lo planeado. Una vez fuera, Poke me dió la pista más importante. Tenía que conseguir el botín, ¡un colajet de limón!¡era la única forma de vencer a los enemigos! no servía una gelatina roja, únicamente nos salvaría un colajet de limón.
Tras escapar de la cárcel no sabía donde dirigirme, así que subí a uno de los edificios más altos de la ciudad para poder divisarlo todo desde allí. Las vistas eran impresionantes. Me sentí libre otra vez. Allí y sin saber porque apareció un nuevo contacto, Laura. Me comentó que estaba en otra misión especial. Se había enterado de lo ocurrido y venía a entregarme un plano de la ciudad. Ahora mi deber era adentrarme en ella.
Me deslizé por una tirolina larguísima que había desde lo alto del edificio. Ya sabía cual era mi siguiente objetivo. Tras deslizarme fui a parar a los pies de un coche de autoescuela, allí dentro estaba Alicia. Con un puñetazo nos desicimos del profesor. Estuvimos dando vueltas con el coche, pero es peligroso estar en la ciudad y enseguida nos descubrieron. Tuvimos que pisar el accelerador a fondo y meternos en contra dirección para al final poder darles esquinazo. Acabamos en el barrio chino, donde entramos a comer. Allí Alicia me facilitó algo de dinero para poder comprar los colajets. No podía robarlos, si los robaba todo se iría al traste.
Con el mapa en mano me puse a recorrer la ciudad en busca de los sitios estratégicos. Al principio corría, luego caminaba. Estuve andando horas, días, semanas... no los encontraba por ninguna parte. Ni tenía nuevas noticias.
Un día, mientras pisaba las hojas secas de un parque y comía galletas, vi unos niños correr. Venían de parte de Noe, me dijeron que tenía que dirigirme al final del parque detrás de una montaña. Y allí los encontré!
Comentarios
Publicar un comentario