Si estás, me alejo. Y si no estás, me agobio.
Mi cabeza me traiciona.
Me sorprende, pues para mí está claro y es más que evidente que nuestra relación, nuestra atracción, compatibilidad y conexión es épica. Y tan perfecta como INEXISTENTE.
Y es que mi mente me da la razón, por inverosímil que sea la situación. Ella es capaz de inventar, y si hace falta de construir puentes y rascacielos. Además, almacena cantidades de señales fraudulentas, donde pruebas neutras son gritos de atracción. Roces fugaces son necesidades de deseo. Palabras sueltas son necesidades de comunicación con mensajes secretos, llenos de todas esas cosas que me quieres decir. Y que por supuesto, pienso que no te atreves a decirme, cual adolescente embargado por nuevas e intensas emociones de intenso amor.
Y así sigo, feliz y frustrada.
Proyectando todas MIS inseguridades en ti.
Para mi mente, yo siempre tengo razón. Aunque no sepa ni lo que digo. Aunque las señales también sean opuestas. Aunque la adolescencia pasó hace 20 años.
Y es que NO PUEDO SOPORTAR q no me desees tanto como creo que yo te deseo.
Y me come por dentro esa eterno miedo a expresar lo que realmente siento.
Yo estaría bailando esta contigo... y NO COMO AMIGOS
Ojalá me atreviera a decírtelo 💚
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