Sin duda, estoy de racha. Llevo la mejor semana… espera, espera, que digo, llevo el mejor mes desde hace mucho tiempo. Tengo una suerte tremenda, incluso empiezo a pensar que envidiable. Voy por la calle y lo noto, soy la envidia del barrio.
Digamos que soy afortunada, el destino se regala conmigo. Me previene de catástrofes irreversibles, me advierte siempre de lo peor, y a cambio, me ofrece pequeñas e indeseables situaciones. Me da calor con continuas y acogedoras frustraciones, y me tira piedrecitas como un enamorado para que no me duerma.
Por eso, te doy las gracias. Gracias por dejarme tirada el sábado pasado porque seguro que esa noche habría acabado con un coma etílico. Gracias por alejarme a Antonio porque seguro que acabaría siendo pareja de un tipo soso y aburrido, mil gracias. Gracias por dejarme sin plan para el viernes porque una amiga ha quedado con un ligue que se muere por sus huesos, gracias porque ese día seguro que al coger el ascensor me habría quedado encerrada con pocos minutos de oxígeno. Muchas gracias por librarme de ese mal rato. Gracias por hacer que me paguen poco y no pueda irme de casa de mis padres, porque si no con la crisis ya no podría pagar el alquiler del piso y viviría bajo un puente. Gracias, por hacer que la mitad de mis pacientes se vayan, porque ya no soportaba a ninguno, mil gracias.
Gracias por hacerme poco sabia porque así siempre tendré algo que aprender, aunque sea lo mismo que ayer porque ya se me habrá vuelto a olvidar. Gracias, por hacerme llegar amigos que me explican lo bien que lo pasan porque así aprenderé de los actos de los demás. Gracias, por enviarme amigas que me demuestran mis puntos débiles y me los estampan en la cara, porque así aprenderé de mis golpes. Gracias por hacer que me ponga hormonal cuando todo esto me pasa porque así lo sentiré todo mucho más.
Y por último, gracias por hacerme como soy y porque el piso en el que vivo sea un bajo porque sino me estaría tirando por la ventana. Gracias, pero por favor para la próxima prefiero tener un poquito más de mala suerte.
Amen
Digamos que soy afortunada, el destino se regala conmigo. Me previene de catástrofes irreversibles, me advierte siempre de lo peor, y a cambio, me ofrece pequeñas e indeseables situaciones. Me da calor con continuas y acogedoras frustraciones, y me tira piedrecitas como un enamorado para que no me duerma.
Por eso, te doy las gracias. Gracias por dejarme tirada el sábado pasado porque seguro que esa noche habría acabado con un coma etílico. Gracias por alejarme a Antonio porque seguro que acabaría siendo pareja de un tipo soso y aburrido, mil gracias. Gracias por dejarme sin plan para el viernes porque una amiga ha quedado con un ligue que se muere por sus huesos, gracias porque ese día seguro que al coger el ascensor me habría quedado encerrada con pocos minutos de oxígeno. Muchas gracias por librarme de ese mal rato. Gracias por hacer que me paguen poco y no pueda irme de casa de mis padres, porque si no con la crisis ya no podría pagar el alquiler del piso y viviría bajo un puente. Gracias, por hacer que la mitad de mis pacientes se vayan, porque ya no soportaba a ninguno, mil gracias.
Gracias por hacerme poco sabia porque así siempre tendré algo que aprender, aunque sea lo mismo que ayer porque ya se me habrá vuelto a olvidar. Gracias, por hacerme llegar amigos que me explican lo bien que lo pasan porque así aprenderé de los actos de los demás. Gracias, por enviarme amigas que me demuestran mis puntos débiles y me los estampan en la cara, porque así aprenderé de mis golpes. Gracias por hacer que me ponga hormonal cuando todo esto me pasa porque así lo sentiré todo mucho más.
Y por último, gracias por hacerme como soy y porque el piso en el que vivo sea un bajo porque sino me estaría tirando por la ventana. Gracias, pero por favor para la próxima prefiero tener un poquito más de mala suerte.
Amen
simplemente... ME ENCANTAAA
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