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No me digas tal vez, quizá, puede que, mañana...

Podemos precedir que algo irá mal, y entonces, estamos avocando la situación al desastre seguro, porque proyectamos de forma negativa, y por lo tanto, el esfuerzo es menor y las conductas se vuelven rocambolescas y enrevesadas.


Pero quizá, en todo ese entramado haya una parte de nosotros que quiere que no vaya bien. Una especie de sexto sentido que nos dice, que lo mejor es que la situación empeore. Porque inconscientemente, sabes que algo no funciona.


Por lo tanto, llegados aquí se puede decir que todo final, es un buen final. Y es que, a veces, es necesario que las cosas vayan mal, para poder rehacerlas. ¿Por eso será que pisar mierda trae buena suerte? No lo sé, lo que si tengo claro, es que todo final nos trae un principio de algo nuevo.

Y aquí algo se ha roto...


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