Ir al contenido principal

Víctimas de la moda

¿Qué me compro? ¿Qué me pongo? ¿Me queda bien? ¿Te gusta? ¿Esto combina? ¡yo así no salgo!

Somos víctimas de la moda, necesitamos consumir para sentirnos bien. Eso es lo que nos han hecho creer los publicistas con sus persuasivos anuncios. El objetivo último de todo es llenar los bolsillos de gordos y sebosos empresarios. Estamos sentenciados, ya nos encontramos dentro del círculo del capitalismo y como ramificaciones de un gran tornado vamos arrastrando todo lo que vemos a nuestro paso en las tiendas.

Los publicistas lo único que hacen es jugar con nuestras inseguridades, nuestros deseos de poseer, de ser deseados, de poseer poder y conseguir el control. Un control que no existe, un poder que es efímero. Pero no lo olvidemos, somos nosotros mismos los que nos dejamos engañar y los responsables de nuestras perdidas económicas y despilfarros.

Queremos compensar nuestras inseguridades con fantásticos coches capaces de atraer a cualquier rubia despampanante. Si vamos vestidos a la última parece que nos sentimos mejor. Cuando realmente seguimos siendo los mismos solo que bajo un traje diferente, un disfraz que en ese momento nos hace sentirnos bien. Una máscara, una personalidad, un ideal, un me gusta, un así soy yo.

Es un juego. Unos juegan engañados, otros a conciencia y hay otros que no juegan, o bien, juegan a otras cosas.

Pero somos lo que somos, deberíamos buscar la seguridad disfrutando de nuestros defectos y virtudes, sea cual fuere el disfraz que llevemos puesto ese día.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El hilador

Quisiera explicar tantas cosas que las ideas se me entremezclan y no consigo sacar nada, no logro desliarlas. No voy a mentir, quisiera hablar del amor, de la soledad, del dolor, de la imaginación, de la cultura, del cine, de las mentiras, de las ilusiones, del sexo, de las proyecciones, de los caminos, de la seguridad en uno mismo, de la amistad, de la confianza, del respeto, del deseo, de la frustración, de la imperfección… de tantas cosas, que supongo que hasta que yo no logre desliarlas no las podré explicar. El problema no es hablar de esto, lo difícil aquí es hablar con la verdad absoluta en la mano. Eso es lo que yo me exijo, por eso no puedo hablar de todo esto aún, porque todavía no sé nada. No tengo nada claro. Sigo desenmarañando ese ovillo de hilos de colores negros, amarillos, verdes, grises, blancos, lilas, rojos, naranjas, azules… y mil tonalidades más, pero no encuentro ni el principio ni el fin. Y en muchas partes encuentro nudos enormes, que me parecen imposibles de d...

Sin más

Las horas me pasan despacio, el invierno es demasiado largo. Tengo faena y hay personas esperando que la acabe. Aún no me han pagado, llevan meses de retraso. Detrás del teléfono ya no hay nadie, aunque me olvidé de marcar. No me reflejo en nadie, no quiero parecerme a nada. Mi habitación no vuela, está estancada. Tengo faena. Último los detalles, si el humor me acompaña será perfecto. Pero no lo será. Entrego al editor mi biografía rota. La rabia de vez en cuando baila en mi salón.

Lo nuevo

 Qué es lo peor que puede pasar? NADA, básicamente creo que podría perder autoestima y eso dependerá de lo que YO interprete de la situación.  No culparme, todos somos diferentes e imperfectos.  Todo lo que imagino viene de mi. Cuando creo q salgo de mi, entonces me pierdo y me pongo en el otro y me crea ansiedad. No perder al otro, perderme a mi.  No pierdo nada, porque no necesito nada en mi vida. Mi vida es bonita.  Ahora todo está bien. Y si no es, es xq ahí no era.