¿Qué ocurrirá? Pues irá bien o mal.
Todavía a veces pienso que las cosas pueden ir o bien o mal, y que los amigos o son buenos o son malos.
He vuelto a caer en esta simple y estúpida trampa. Esta disociación irreal que de pequeños nos creemos a pies puntillas. Ni superman vuela, ni los médicos hacen milagros, ni el amor dura toda la vida, ni un buen amigo es siempre bueno. Y es que no podemos estar felices siempre, pero es que ni siquiera podemos estar siempre tristes. Las cosas dentro de lo bueno a veces también pueden ir mal. Y en eso yo no había pensado.
Tengo el saco gris vació, sin embargo, los otros sacos están llenos de situaciones, de ilusiones, de amigos, de compañeros, de médicos, de actores, de películas, de escritores, de cantantes, de canciones, de psicólogos, de filósofos... unos por buenos y otros por malos. Por esa razón me acabo decepcionando.
Aún sigo teniendo esas ideas fantásticas en las que creo que nada malo puede pasar, ni a mí ni a nadie que me rodea. Es una forma de tranquilizarme y de creer que las cosas las puedo controlar.
Quizá un día lejano, o no, empezemos a sentirnos peor. Bien de golpe o poco a poco, pero podemos ir perdiendo capacidades... de andar, de oir, de ver, de razonar, de recordar. Duro golpe que solo tendría que servir para valorar más todo lo que ahora tenemos y que aún podemos disfrutar.
Un día es claro, otro día es gris, otro día es negro, otro día es...
Todavía a veces pienso que las cosas pueden ir o bien o mal, y que los amigos o son buenos o son malos.
He vuelto a caer en esta simple y estúpida trampa. Esta disociación irreal que de pequeños nos creemos a pies puntillas. Ni superman vuela, ni los médicos hacen milagros, ni el amor dura toda la vida, ni un buen amigo es siempre bueno. Y es que no podemos estar felices siempre, pero es que ni siquiera podemos estar siempre tristes. Las cosas dentro de lo bueno a veces también pueden ir mal. Y en eso yo no había pensado.
Tengo el saco gris vació, sin embargo, los otros sacos están llenos de situaciones, de ilusiones, de amigos, de compañeros, de médicos, de actores, de películas, de escritores, de cantantes, de canciones, de psicólogos, de filósofos... unos por buenos y otros por malos. Por esa razón me acabo decepcionando.
Aún sigo teniendo esas ideas fantásticas en las que creo que nada malo puede pasar, ni a mí ni a nadie que me rodea. Es una forma de tranquilizarme y de creer que las cosas las puedo controlar.
Quizá un día lejano, o no, empezemos a sentirnos peor. Bien de golpe o poco a poco, pero podemos ir perdiendo capacidades... de andar, de oir, de ver, de razonar, de recordar. Duro golpe que solo tendría que servir para valorar más todo lo que ahora tenemos y que aún podemos disfrutar.
Un día es claro, otro día es gris, otro día es negro, otro día es...
A mi me pasa algo parecido. Hsta que no recibes un golpe duro de verdad, parece que todas esas cosas malas sean ajenas y lejanas a ti .. hasta que te alcanzan :/
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