Ir al contenido principal

Más adentro

Odias la gente que te molesta que se mete en tu camino, no te dejan que las cosas salgan como tu quieres. Por eso los odias a todos. Sientes soledad infinita por cada poro de tu piel. No te apetece ir con ellos. No los conoces. No te conocen. Además, ocupan tu lugar imaginario. Has sentido un divorcio, una separación, un duelo con todo. Esa gente antes no estaba donde están ahora.

Como si llegara un nuevo compañero de trabajo que te quita el puesto, que lo hace todo mejor que tu. Y te quedas relegado, mirando y esperando tu turno. Ese turno que nunca llega, ese nombre que nunca se pronuncia y que antes pronunciaban todos. O eso creías. Te quedaste en el olvido, en el más profundo olvido de la gente y ya nadie te recuerda ni te necesita.
Tu falta de energía hace que no te muevas de tu sitio. Mientras esperas y buscas la satisfacción desde el exterior. Esperas de los demás algo, algo que te haga sentir bien. Pero cada vez te hundes más en una depresión.

Los que antes estaban ahí ya no quieres verlos, no te apetece estar con ellos. No te apetece compartir nada con ellos. Pues crees que si te miran a los ojos verán el fracaso que ves en ti, tu inutilidad. Verán que no eres capaz de hacer nada serio en la vida, nada productivo, nada potente. Y es que sientes que todo a tu alrededor es basura y declive. No has reaccionado a tiempo, y como arenas movedizas te adentras en el fango. Adentrándote en ti mismo y alejándote de los demás, desconectándote afectivamente. Faltándo ese cariño, ternura, calor y confianza en que puedes salir de esta. Reprimiendo tus emociones en lugar de sacarlas, expresarlas y pedir ayuda por orgullo.



Comentarios

Entradas populares de este blog

El hilador

Quisiera explicar tantas cosas que las ideas se me entremezclan y no consigo sacar nada, no logro desliarlas. No voy a mentir, quisiera hablar del amor, de la soledad, del dolor, de la imaginación, de la cultura, del cine, de las mentiras, de las ilusiones, del sexo, de las proyecciones, de los caminos, de la seguridad en uno mismo, de la amistad, de la confianza, del respeto, del deseo, de la frustración, de la imperfección… de tantas cosas, que supongo que hasta que yo no logre desliarlas no las podré explicar. El problema no es hablar de esto, lo difícil aquí es hablar con la verdad absoluta en la mano. Eso es lo que yo me exijo, por eso no puedo hablar de todo esto aún, porque todavía no sé nada. No tengo nada claro. Sigo desenmarañando ese ovillo de hilos de colores negros, amarillos, verdes, grises, blancos, lilas, rojos, naranjas, azules… y mil tonalidades más, pero no encuentro ni el principio ni el fin. Y en muchas partes encuentro nudos enormes, que me parecen imposibles de d

Amigos

Este mes he hecho tantas cosas que no he tenido tiempo para hacer nada. Y es que cuando te acostumbras al estrés, éste se acaba convirtiendo en una droga. Llevaba meses embotada. He vuelto a sentir. He visitado mi parque, después de mucho tiempo. Él vestido de verde me abraza y me sopla fuerte para que me levante. Yo le distraigo haciendo malabares. Me he caído, me he levantado, y he disfrutado de todo eso como una niña pequeña. He reído, he llorado de alegría y de tristeza, he gritado, me enfadado, he odiado. Pero me ha dado igual caerme. Este mes no he parado, no he dejado que se escapara ni una sola gota de tiempo. He vuelto a ver viejos amigos y he sentido otra vez lo que es hablar, reírme y aburrirme con ellos. Me he dado cuenta que hay gente que con una llamada y una tonta propuesta salen de casa sin pensarlo, o se dan la vuelta si es que estaban de camino. He salido jueves, viernes, sábado, domingo y lunes. He disfrutado, de mucha gente que no conocía de nada, amigos de amig

De respeto estamos hablando

  A quien le importa si río o lloro, o si debajo de mi sonrisa hay un sollozo. No lo ves…mi pasotismo es dolor.  La gente solo quiere ser escuchada y no escuchan, ni ven al otro.  Sí, debería expresarme más, para que el otro me entienda, pero a veces no me apetece y mi alma se queda sin voz y se seca.  La decepción en lo imperfecto, la desilusión del azar. Y me pregunto a quien le escribo y no lo puedo deletrear.  Qué anhelo? Una fantasía, una ilusión.  A quien le escribo? igual esa soy YO. La sombra soy yo?  Hace unos días escribí q me estaba buscando, igual eso es todo. Busco MI PROPIO AMOR. Eso q a veces olvido en algún rincón, quizá por callar demasiado mi malestar y desilusión.  Si grito q estoy harta!! Es xq no me estás respetando y por eso me respeto yo.