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Querida Paula

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Sin duda, nos están vigilando. Debemos tener pinchados los teléfonos y posiblemente nos sigan con la intención de averiguar cuales son nuestros contactos. Aún así, no sabemos a que grupo pertenecen, pero están ahí. Toda mi familia lo creemos y vamos con cuidado. Hay que ser prudentes.

Todo esto por la gran cantidad de mensajes cifrados que se envían desde mi casa a diferentes partes de España. Sobretodo van dirigidas a Barcelona, Granada y Mallorca. Aún así, muchas de ellas se generan aquí mismo y no salen de la puerta. Por eso, sospechamos de la instalación de cámaras de video por las habitaciones.

Ayer, dos señores con barba y carpetas en mano estaban por la escalera hablando con los vecinos. Paula, sé que eran ellos. La verdad es que no me extraña. Los pedidos están aumentando y nos estamos moviendo con una cantidad enorme de códigos secretos. De alguna forma, quieren ir a por nosotros. Estamos llamando mucho la atención.

Le di un aviso a mi madre. Como ya sabes, es la dueña del negocio, es la gran experta en la creación de mensajes en clave. No puede seguir trabajando a este ritmo. Con tanta creación de mensajes cifrados acabaremos poniendo en peligro nuestra vida y la de los demás. Si esto sigue así… nos vamos a ver inmersos en una oleada de asesinatos.

Bien, me pongo en contacto contigo para proponerte que te ocupes de todo el excedente que estamos generando. Como ya te he comentado, tenemos mucha producción y no podemos dar salida a todo, y menos en las condiciones en las que nos encontramos ahora mismo. Debemos actuar antes que sea demasiado tarde.
Paula, te paso algunos mensajes para que tu misma compruebes la calidad.

“Tengo que pedirle una ficha al médico para que me arregle el pelo.”
“No te acerques a ninguna barandilla que te pueda coger”
“Le devuelven el eso que no tiene el eso”

Seguimos en contacto.

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