La culpa, la culpa, la culpa, la culpa, la culpa... es esa espina que se va clavando poco a poco en la cabeza, hasta que llega al cerebro, la culpa, la culpa, la culpa, la culpa. Al final te provoca un dolor agudo. La culpa, la culpa, la culpa se mete tan dentro que necesitas expulsarlo de alguna forma y la acabas vomitando en odio.
Tú tienes la culpa de que te hayan atropellado, la culpa, la culpa. La culpa de que el calentador no vaya es que siempre te bañas con agua muy caliente, tu tienes la culpa, ¿no ves que es tu culpa? esa culpa. El piso tiene humedad porque no ventilas bien la casa, la culpa, la culpa, es tú culpa. Siempre nos perdemos por tu culpa, la culpa, es la culpa. Te va mal porque no vales y ya lo sabías, otra culpa que hunde más que otras culpas. Por haberte dormido en el cine, otra culpa diferente a las culpas. Las bombillas se gastan porque están todo el día encendidas, la gran culpa, la sobre culpa. Todo te va mal por tu culpa, la mega culpa. Esa culpa que no crea ningún remordimiento, que no se siente, que no duele como culpa, esa culpa que hace daño por no ser culpa, porque te echen la culpa. ¿A quién se culpa? ¡A ti te culpan!
La culpa, que es una falta, que es un error, la responsabilidad de lo que ocurre, la equivocación, aquién le importa, ¿qué es lo que ocurre?, ¿qué te ocurre?, que no aceptas la realidad, ¿y tu parte de realidad?, ¿qué te importa? lo que importa es lo que falta, lo que no hay y lo que sí, el maltrato, la alexitimia personal, la sensibilidad social, ¡tio, estas mal!
La culpa, culpa, culpa, culpa es algo muy molesto con el que nadie quiere cargar. A mi entender, siempre está mal distribuida: los culpables culpan siempre a otros; los inocentes se sienten culpables por asuntos que no son asunto suyo. ¿A quién podemos culpar sobre eso?
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