¿Qué hago aquí? ¡Mierda! ¡Ya estoy otra vez metida en este juego! Todo está en silencio... saben que he entrado en el juego y me acechan.
Solo recuerdo que al otro lado del bosque hay un acantilado enorme. ¡No quiero ni pensarlo! Pero tengo que avanzar... sino en un momento u otro me encontrarán.
Escucho pasos... no paro de escuchar pasos por detrás ¡encima no veo nada! mis piernas corren solas, no puedo parar. ¡Ah! ¡Putas ramas! ¡me hacen daño! No se ni donde voy... pero ¡tengo que avanzar! ¡Espera! ¡mierda! ¿qué es esto?¿qué es esto que tengo en la pierna? ¡ah, que asco! ¡puta sanguijuela! Dios estoy haciendo demasiado ruido... tengo que parar, tranquilizarme... sino todo saldrá mal.
Creo que ya estoy más tranquila. No se cuanto tiempo llevo aquí. Ahora no oigo nada, solo mi respiración y el viento golpear contra las hojas de los árboles. Miro a mi alrededor y no veo nada. Bueno sí, veo algo... una sombra grande, ¡mierda! ¿qué es? me suena, sí, ya se que es. Es el tronco de aquel árbol tan grande que hay al borde del acantilado, no... otra vez, no. ¡Este camino me ha llevado al acantilado! ¿ahora que hago? Tengo que salir de aquí otra vez.
Se que si doy un paso más caeré, ¿qué hago? podría dar marcha atrás... no, otra vez, no, no. Tengo que avanzar como sea, me la juego, sí me la voy a jugar. No, espera. ¿Y si fallo? habrá acabado todo, habrá acabado todo para siempre, ¿o no?, no se ¡quizá tenga otra oportunidad!. ¿Qué hago? tengo que arriesgarme... ¡Va! ¡¡¡A por todas!!!
aaaaaaaaaahhhhhhhhhhh!!!
Solo recuerdo que al otro lado del bosque hay un acantilado enorme. ¡No quiero ni pensarlo! Pero tengo que avanzar... sino en un momento u otro me encontrarán.
Escucho pasos... no paro de escuchar pasos por detrás ¡encima no veo nada! mis piernas corren solas, no puedo parar. ¡Ah! ¡Putas ramas! ¡me hacen daño! No se ni donde voy... pero ¡tengo que avanzar! ¡Espera! ¡mierda! ¿qué es esto?¿qué es esto que tengo en la pierna? ¡ah, que asco! ¡puta sanguijuela! Dios estoy haciendo demasiado ruido... tengo que parar, tranquilizarme... sino todo saldrá mal.
Creo que ya estoy más tranquila. No se cuanto tiempo llevo aquí. Ahora no oigo nada, solo mi respiración y el viento golpear contra las hojas de los árboles. Miro a mi alrededor y no veo nada. Bueno sí, veo algo... una sombra grande, ¡mierda! ¿qué es? me suena, sí, ya se que es. Es el tronco de aquel árbol tan grande que hay al borde del acantilado, no... otra vez, no. ¡Este camino me ha llevado al acantilado! ¿ahora que hago? Tengo que salir de aquí otra vez.
Se que si doy un paso más caeré, ¿qué hago? podría dar marcha atrás... no, otra vez, no, no. Tengo que avanzar como sea, me la juego, sí me la voy a jugar. No, espera. ¿Y si fallo? habrá acabado todo, habrá acabado todo para siempre, ¿o no?, no se ¡quizá tenga otra oportunidad!. ¿Qué hago? tengo que arriesgarme... ¡Va! ¡¡¡A por todas!!!
aaaaaaaaaahhhhhhhhhhh!!!
A veces me encuentro frente a un gran acantilado. Un acantilado que parece prometerme una muerte segura. Pero volver atrás parece igual de desolador. Cuando uno avanza, ya no quiere más volver allá de donde proviene. ¿Qué se puede hacer entonces?
ResponderEliminarUn consejo: fíjate bien. ¿Estás segura que es un acantilado? A veces las cosas no son exactamente tal y como las vemos.
Un buen mapa te hace falta a ti! que no sabes donde ir!
ResponderEliminarOlga en la blogosfera...
ResponderEliminar...
ay ay mas atencion en la uoc que sino se lo digo al Xavi...
me espera cada fin de semana con los zapatos puestos encima de la mesa, yo le digo que se los quite pero no me hace caso, no crees que es el marido ideal?
Pese a todo, sabemos que lo es!!!
Un beso!
Carla