Me he dado cuenta que tengo la autoestima por los suelos, por los subsuelos vamos.
Quizá no lo parece pero crearse una baja autoestima conlleva un gran trabajo. Sobretodo en tiempo. Esfuerzo poco porque mi mente lo realiza de forma automática, eso sí, es muy cansado. A veces hay que tirar del enchufe, pero no es tan fácil. Verás, te explicaré cómo funciona.
Digamos que mi mente empieza a trajinar pensamientos enrevesados y diabólicos.
A partir de ahora a esa parte de mi le llamaré: EL ROEDOR
Aquí, el amigo parece que estudió economía, pero no es muy bueno y poco a poco entenderéis porque os lo digo.
Un día cualquiera salgo a la calle y voy al trabajo o quedo con mis amigas de la universidad o del gymnasio, del colegio o voy al super... el sitio y el momento no es importante. Qué ocurre? que el Roedor empieza a procesar todas esas cosas que ve en los demás. Y se fija con especial atención en habilidades que hacen los demás con facilidad, virtudes, fortunas, aventuras, inquietudes, dones innatos...
Bien, pues tras realizar una recopilación de todos los datos, ciertamente se suele basar en uno sólo, pero hay días de todo. Cuando hay muchos datos empieza el problema que el Roedor se estresa y se deja faena por hacer. Con todos esos datos lo que hace es una comparativa. Ahí se da cuenta que la productividad y el modo de ejecución, no es el mismo, no, no, ni a lo sumo! piensa el Ratoncito alarmado. Los pensamientos son del estilo. "Tu eso no lo haces así es más lo haces asá, pues quizá es mejor así, mira que bien eso sería ideal..."
Es como una especie de búsqueda de la perfección inhumana. Como si el Roedor quisiera construir un Frankestein con lo mejor de todo el mundo. Además, está claro, se fija en lo mejor que tiene cada uno, vamos que siempre salgo perdiendo. Y me tiene harta. Y así, me convierto en un Frankestein frustrado manejada por un Roedor.
Lo peor es cuando al Roedor le regalan datos, más todos los que tiene que procesar entonces se colapsa.
Comete muchos errores en esos momentos y hay que ayudarle a corregirlos, porque no se da cuenta de que los hace. Por lo que hay que recordarle:
- Las imperfecciones son naturales
- Tenemos inteligencias múltiples, distintas y semi-independientes, podemos destacar en una cosa y en otra no. Es más no tenemos porque destacar en algo.
- Nuestra forma de actuar cambia, según la motivación, el estado anímico, el ambiente, la situación, la o las personas con las que estemos, según el grado de confianza, el momento temporal... No somos tan predecibles.
- Eres muchas cosas, un global un todo, no te identifiques con una imperfección. Eres padre, madre, hijo, amigo, compañero, amante, marido, primo, jefe, vecino...
- Para gustos los colores. No escondas esas cosas que te parezcan imperfecciones, al revés muestralas reconócelas y convive con ellas.
- Vales igual tengas méritos o no
Quizá no lo parece pero crearse una baja autoestima conlleva un gran trabajo. Sobretodo en tiempo. Esfuerzo poco porque mi mente lo realiza de forma automática, eso sí, es muy cansado. A veces hay que tirar del enchufe, pero no es tan fácil. Verás, te explicaré cómo funciona.
Digamos que mi mente empieza a trajinar pensamientos enrevesados y diabólicos.
A partir de ahora a esa parte de mi le llamaré: EL ROEDOR
Aquí, el amigo parece que estudió economía, pero no es muy bueno y poco a poco entenderéis porque os lo digo.
Un día cualquiera salgo a la calle y voy al trabajo o quedo con mis amigas de la universidad o del gymnasio, del colegio o voy al super... el sitio y el momento no es importante. Qué ocurre? que el Roedor empieza a procesar todas esas cosas que ve en los demás. Y se fija con especial atención en habilidades que hacen los demás con facilidad, virtudes, fortunas, aventuras, inquietudes, dones innatos...
Bien, pues tras realizar una recopilación de todos los datos, ciertamente se suele basar en uno sólo, pero hay días de todo. Cuando hay muchos datos empieza el problema que el Roedor se estresa y se deja faena por hacer. Con todos esos datos lo que hace es una comparativa. Ahí se da cuenta que la productividad y el modo de ejecución, no es el mismo, no, no, ni a lo sumo! piensa el Ratoncito alarmado. Los pensamientos son del estilo. "Tu eso no lo haces así es más lo haces asá, pues quizá es mejor así, mira que bien eso sería ideal..."
Es como una especie de búsqueda de la perfección inhumana. Como si el Roedor quisiera construir un Frankestein con lo mejor de todo el mundo. Además, está claro, se fija en lo mejor que tiene cada uno, vamos que siempre salgo perdiendo. Y me tiene harta. Y así, me convierto en un Frankestein frustrado manejada por un Roedor.
Lo peor es cuando al Roedor le regalan datos, más todos los que tiene que procesar entonces se colapsa.
Comete muchos errores en esos momentos y hay que ayudarle a corregirlos, porque no se da cuenta de que los hace. Por lo que hay que recordarle:
- Las imperfecciones son naturales
- Tenemos inteligencias múltiples, distintas y semi-independientes, podemos destacar en una cosa y en otra no. Es más no tenemos porque destacar en algo.
- Nuestra forma de actuar cambia, según la motivación, el estado anímico, el ambiente, la situación, la o las personas con las que estemos, según el grado de confianza, el momento temporal... No somos tan predecibles.
- Eres muchas cosas, un global un todo, no te identifiques con una imperfección. Eres padre, madre, hijo, amigo, compañero, amante, marido, primo, jefe, vecino...
- Para gustos los colores. No escondas esas cosas que te parezcan imperfecciones, al revés muestralas reconócelas y convive con ellas.
- Vales igual tengas méritos o no
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