Soy una soñadora, ni duda cabe, aunque sí, quizá a ratos mi esceso de fantasía hace que se me vea como una persona responsable, centrada, realista, segura de sí misma, noble, independiente, práctica... y vete a saber. Pero yo lo definiría en "soy una SOÑADORA".
Creo que me gusta esa palabra, es bonita, y últimamente no paro de definirme así. Lo malo es que esa palabra tan bonita, tiene también su lado sombrío y oscuro. Que decir, la base de la personalidad soñadora de la que hablo estaría en mirar hacia delante, visualizando el objetivo, el deseo, el fin, la meta... lo que se podría llamar una proyección. Veo lo que quiero y a partir de ahí me muevo para conseguirlo.
Hasta aquí todo muy bien, al ponerte un objetivo y saber lo que quieres te dedicas a realizar las acciones pertinentes para que pueda llevarse a cabo. Lo visualizas, lo sientes, lo buscas y lo provocas. Sin duda, funciona y aquí queda muy bien la frase de"querer es poder". Por que si más no, te acerca a tu objetivo. Lo que nadie te explica es que este método no tiene garantías. Sí señores, no es un electrodoméstico que lo compras y si no funciona te lo devuelven, no. Las ilusiones no te las devuelven!! Y a mi nadie me avisó! Y es que para conseguir algo tienes que frustrarte muchas veces.
Ese es uno de los efectos secundarios, como la resaca de la borrachera, la desilusión de no encontrar lo que quieres, el decir que no constantemente. Lo mejor, es que no se acaba ahí. Después viene cuando en mitad del camino te encuentras algo que te gusta pero que no se adapta a lo que quieres y te da miedo ¿Qué hacer en esos momentos? muy facil, disfrazar al lobo de cordero. Porque a mi me enseñaron que para no darte un atracón tienes que ir dando pequeños mordiscos. El problema es que mordisco a mordisco te lo acabes comiendo, y así sin quererlo ya estás dentro de la boca del lobo.
Ahora ¿qué?¿dónde está el manual con el siguiente capítulo? si alguien lo encuentra podría avisarme, debe llamarse así: cómo salir de la boca del lobo o cómo salir de un callejón sin salida.
No nos engañemos, para salir hay que deshacer el camino, bajar la cabeza o no, yo recomiendo cabeza alta, y salir por dónde has venido. Para que negarlo, la barriga ya la tienes llena. Y quizá esta fase es la de menos.
Efectivamente, la siguiente es la peor. Con la barriga llena, te pones en marcha y a seguir caminando. Esta es la fase de la pesadez, la desilusión, del hambre tras haberte saciado, de no tener con qué entretenerte, ni con el lobo, ni con el cordero. Es la fase de la añoranza, del duelo, del desánimo y del terror, del pánico de pensar en no volver a encontrar comida.
No nos engañemos, que lo hacemos mucho, ese plato no era exquisito, ese plato nos sació por el camino y en verdad nos está ayudando a seguir adelante, con las experiencias como recuerdos, como compañero de viaje y como preludio de ilusiones sobre experiencias nuevas y diferentes que están por llegar. Y es que, sí señores, sigo proyectando porque sigo siendo una soñadora.
¿Pero por qué he acabado hablando de comida? tengo hambre, ahora vuelvo...
Creo que me gusta esa palabra, es bonita, y últimamente no paro de definirme así. Lo malo es que esa palabra tan bonita, tiene también su lado sombrío y oscuro. Que decir, la base de la personalidad soñadora de la que hablo estaría en mirar hacia delante, visualizando el objetivo, el deseo, el fin, la meta... lo que se podría llamar una proyección. Veo lo que quiero y a partir de ahí me muevo para conseguirlo.
Hasta aquí todo muy bien, al ponerte un objetivo y saber lo que quieres te dedicas a realizar las acciones pertinentes para que pueda llevarse a cabo. Lo visualizas, lo sientes, lo buscas y lo provocas. Sin duda, funciona y aquí queda muy bien la frase de"querer es poder". Por que si más no, te acerca a tu objetivo. Lo que nadie te explica es que este método no tiene garantías. Sí señores, no es un electrodoméstico que lo compras y si no funciona te lo devuelven, no. Las ilusiones no te las devuelven!! Y a mi nadie me avisó! Y es que para conseguir algo tienes que frustrarte muchas veces.
Ese es uno de los efectos secundarios, como la resaca de la borrachera, la desilusión de no encontrar lo que quieres, el decir que no constantemente. Lo mejor, es que no se acaba ahí. Después viene cuando en mitad del camino te encuentras algo que te gusta pero que no se adapta a lo que quieres y te da miedo ¿Qué hacer en esos momentos? muy facil, disfrazar al lobo de cordero. Porque a mi me enseñaron que para no darte un atracón tienes que ir dando pequeños mordiscos. El problema es que mordisco a mordisco te lo acabes comiendo, y así sin quererlo ya estás dentro de la boca del lobo.
Ahora ¿qué?¿dónde está el manual con el siguiente capítulo? si alguien lo encuentra podría avisarme, debe llamarse así: cómo salir de la boca del lobo o cómo salir de un callejón sin salida.
No nos engañemos, para salir hay que deshacer el camino, bajar la cabeza o no, yo recomiendo cabeza alta, y salir por dónde has venido. Para que negarlo, la barriga ya la tienes llena. Y quizá esta fase es la de menos.
Efectivamente, la siguiente es la peor. Con la barriga llena, te pones en marcha y a seguir caminando. Esta es la fase de la pesadez, la desilusión, del hambre tras haberte saciado, de no tener con qué entretenerte, ni con el lobo, ni con el cordero. Es la fase de la añoranza, del duelo, del desánimo y del terror, del pánico de pensar en no volver a encontrar comida.
No nos engañemos, que lo hacemos mucho, ese plato no era exquisito, ese plato nos sació por el camino y en verdad nos está ayudando a seguir adelante, con las experiencias como recuerdos, como compañero de viaje y como preludio de ilusiones sobre experiencias nuevas y diferentes que están por llegar. Y es que, sí señores, sigo proyectando porque sigo siendo una soñadora.
¿Pero por qué he acabado hablando de comida? tengo hambre, ahora vuelvo...
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