Sigo pisando el mismo suelo cada vez que me levanto. Sigo buscando un trabajo que me ocupe parte del tiempo que me sobra de estar pensar en mi trabajo. Sigo viendo a las mismas personas cada vez que entro en mi casa. Sigo disfrutando del sabor de cada cerveza que me tomo, de los garitos a los que voy, de la nicotina, de las ocurrencias diarias y de las partidas de cartas, gane o pierda.
Oiga, doctor, devuélvame mi depresión, que no escribo ni una sola nota desde que soy feliz. Oiga, doctor, devuélvame mi rebeldía.
Quiero pensar que el polvo de ayer fue bueno y el de hoy será mejor. Quiero no acordarme de tu nombre. Quiero dejar de ir siempre con la misma gente. Quiero quedarme “lela” solo porque estoy pensando en ti. Atreverme a conseguir lo que quiero, y sin pensar en lo que pueda venir.
Escribir cada día algo diferente. Que ha estado a punto de pillarme la policía por el último atraco al primer banco por el que me decidí. Olvidarme del pasado, olvidarme de tu nombre, cortar mis raíces y vivir pensando que no tengo dónde ir.
Oiga, doctor, que el sofá se me está amoldando. Creo que me tiene que cambiar la medicación. Oiga, doctor,¿usted cree que tengo cura?
Ni tiene cura ni explicación. El caso es que nunca estamos conformes, a mí me pasa igual. ¿Hay alguna pastilla para eso?
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